domingo, 6 de mayo de 2012
Entre esas cuatro paredes.
Tengo tu sonrisa colgada en la pared, el recuerdo de tu boca entre mis piernas y tus manos enredadas en mi pelo. Tu mirada clavada en mí, mientras bailaba y reía al compás de mis canciones favoritas, entre esas cuatro paredes que han visto más de la cuenta.
Las horas de sueño contigo, los silencios más bellos que jamás he escuchado, nosotros, tu pecho desnudo, mi cama y aquellas camisas tuyas que me gustaba tanto ponerme.
Recuerdo como sonreía sin más cuando me besabas y como me cogías en brazos cuando te picaba y salía corriendo.
Igual que me acuerdo de las veces que estabas escribiendo, estudiando o componiendo y te abrazaba por detrás, te girabas, sonreías y me sentabas contigo.
Las mil tardes perdiendo el tiempo haciendo nada...pero juntos.
Mis 'eres un imbécil, pero te quiero' y tus ' ¿ a qué hora paso a por ti, fea?. Nos recuerdo y aunque haya pasado tantísimo tiempo, a veces las cenizas vuelven a prender.
Pero eso ya es pasado. Las cosas terminaron. Ya no estás, ya no estoy...ya no estamos.
Siempre nos quedará aquel viejo cd, las fotos y toda nuestra libreta; todo guardado en una caja. Y aquel banco del parque dónde empezó todo.
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Es curioso cuando al leer unas lineas que ha escrito un desconocido levantan en ti recuerdos y anhelos de un pasado que ha marcado el presente de tu vida.
ResponderEliminarMe encanta. Sobretodo lo ultimo de nos quedaran ese cd etc
ResponderEliminarNo se como decirlo...cuentas una historia con pocas palabras y transmite mucho romanticismo y bastante pena el final
Esta muy bien
Un saludo