jueves, 24 de agosto de 2023

Intermitencia.

 Tú, que sabes que siempre estoy cerca por si vuelven tus demonios… aunque nos pasemos mucho sin hablar.

Yo, que sé que aunque te vea y te toque nunca estás aunque mis demonios no paren de hablarme.

Nosotros que sabemos que no llegaremos a nada; porque somos dos y no uno.

Y el tiempo y las esperas no sirven de nada más que para hacer un camino que no lleva a ninguna parte.

Mi tiempo y mis ganas no son las tuyas.

Me dueles y te quiero a la vez y eso no es amor, porque éste no duele. 

Apareces y desapareces como una luz intermitente que señala un vacío que después de años no he sido capaz de llenar.

Siento que ando en círculos con un reloj que está parado y aun así sigo dándote lo mejor de mí cuando llamas a mi puerta y sigo cantándote cómo te gusta y sigo siendo casa (como tú dices) pero no hogar. Diferencias.

Te dí y te doy tanto… Te podría dar tanto más…

¿Cuántas veces me fui? ¿Cuántas hemos vuelto? ¿Qué somos? 

No sé si debo de irme del todo ahora o si es momento de esperar un poco más.

Dices que estás ordenando(te), pero incluso cuando yo tenía todo en ruinas siempre hubo un lugar en el que te mantenía a salvo.

Ojalá curarnos las heridas juntos, pero a veces siento que eres uno de mis demonios, que me hablas sin dejarme dormir por las noches, que no te quieres quedar pero tampoco quieres que me vaya.


Te quiero cerca, pero no nos queremos igual.