sábado, 3 de octubre de 2015

Poco.

Miro a los ojos al futuro como diciéndole "espero que me espere algo más que ahora". Sonrío triste, con un motivo, pero a veces fallan las ganas. Lo tengo todo, no me falta nada; aparentemente... Demasiados mundos internos.
Como pedir que me entiendan sin entenderme ni siquiera yo. Sólo sus ojos me salvan aún viéndome reflejada saltando al vacío. 
Busco motivos y no ánimos, equilibrio y no cuerdas. Malas costumbres, mentes insanas, vidas perras, pocas ganas.
Seguir a rastras en carne viva y el alma en retales, mientras el tiempo pasa y buscas la lluvia que limpie toda la mierda y haga que las heridas empiecen a sanar de dentro hacia fuera.
Muchas vueltas en poco tiempo; vomito el pasado, me duele dentro. No sólo tengo falta de apetito, tengo falta de ganas de comerme los días.

sábado, 29 de agosto de 2015

.

Él le decía que sí, con un montón de palabras vacías. Ella asentía creyendo creerle con ojos tristes. Ambos se mentían a si mismos, no eran; nunca fueron. Nada.
Andaban por el mismo camino, pero solos. Se miraban... pero no se veían. Uno no estaba, al otro le gustaría no estar.
Al igual que a veces no hace falta ver a alguien para saber que está ahí, hay veces que aún viéndole al lado, se nota lejos.
No todas las distancias se miden en kilómetros.

domingo, 24 de mayo de 2015

White Wish.

Hay delitos que no están escritos; como tener que alejarme de sus ojos siendo el único reflejo que no me mata, como tener que dejar de coger sus manos siendo que es cuando más libre me siento...
Y qué decir cuando estoy tumbada en su pecho... qué bonito mundo se crea desde ahí. Bucle de paz infinita.
El recorrido por su espalda con mis dedos; el tacto más mágico que sentí nunca.
Debería de saber, que para mí, el cielo no amanece hasta que él no abre los ojos y mi canción favorita no suena hasta que no escucho su voz.
Que aunque no se de cuenta, me lee incluso antes de que escriba; es mi "entre líneas".
Nunca es despedida, nunca es una estación de ida. Aunque coja el tren, nunca se va.
No hay pausas, ni prisas, ni miedos, ni dudas. No hay frío que queme, ni silencios incómodos.
Ni siquiera hay un tope para quererle, es mi " amor a primera vista" durante todos los días.
Es un montón de primeras veces constantes.


Es él, sin más. 
Soy yo, contigo.

domingo, 22 de febrero de 2015

O.

El tiempo me pudo, la espera se hizo eterna, los kilómetros se hicieron infinitos; perdí la guerra.
Tengo pena y la carga de echarte de menos... no por decisión propia, aunque parezca que sí.
No gané nada con rendirme y sacar bandera blanca; el corazón sigue sangrando por la inicial de tu nombre.
Nada cambia,sigues conmigo sin estar, lo único...
" Una vez más" me digo; pero todo sigue ardiendo y nosotros estamos quemándonos viendo el fuego desde dentro.
Quería hacerme vieja mirándote de la misma forma que el primer día que nos conocimos; sonriéndote con los ojos, pidiéndote que no te fueses nunca.
No soy, ni sé sin ti; no puedo contigo...
Ojalá que sigamos nuestros y llegué el momento adecuado con 22 razones para volver y no dejarnos ir más.

https://www.youtube.com/watch?v=MhKDggbuJlg

sábado, 31 de enero de 2015

Madrugadas.

He sentido la necesidad de desaparecer un rato; me ha parecido que lo he hecho durante varios días y...siento que no podría haber cambiado más después de esta pausa. No sabría decir de que manera.
Mientras... tú, mi amor, sigues aquí de continuo, no puedo mirarte diferente a como te miro; no puedo dejar de verte incluso cuando no estás.  Aunque sepa que no es lo bueno.
Podrías decidirte también a desaparecer un momento que me parezca que hayan pasado meses, incluso años y así darme margen a tenerte como ese " eterno desconocido"  al que se conoce mejor, casi, que a uno mismo.
Dame tiempo a llorarte, a echarte de menos pero porque te hayas ido de manera permanente. Sin tus idas y venidas y sin tus convencimientos de mierda. Dame tiempo para verte cuando estés delante, pero no sienta ganas de parar a mirarte y... tiempo para que cuando no estés, no me produzcas ninguna sensación.
Necesito que me dejes reconciliarme con la vida; que yo deje de tener ganas de matarla y ella deje que sienta verdaderas ganas de aprovechar que la tengo.