sábado, 8 de diciembre de 2012

Esperas, precipicios y saltos al vacío.


Lloro a quien nunca tuve; lloro a quien aún no he llegado a conocer. Echo de menos cosas que no conozco; echo de menos sin saber a que o a quien.
Estuve enlazada en las manos de alguien y colgada de unos labios que pensaba que serían para mí y sólo fuimos unos cuantos ratos.
Conozco a esa persona que va más allá de todos esos carteles y sin embargo no somos nada. Dejé de confiar en las palabras, en el momento en que los hechos que supuestamente las respaldaban resultaron ser sólo que mentiras mal escupidas y pensadas para romperme el día que más le convenía.
Desde entonces sigo así; al borde del barranco esperando a que alguien se siente a mi lado y me diga que todo está bien, que también está solo; que se queda conmigo. Y que de repente nos miremos, hagamos una mueca intentando sonreír, nos cojamos de la mano y sin pensar... saltemos; saltemos al vacío para dejarnos caer en ese mar de dudas, para bebernos el uno las del otro.
Después de bebernos las dudas, comernos los miedos y después de comernos los miedos, darnos cuenta de que todas esas heridas y cicatrices nos han llevado aquí; hasta el punto exacto en el que para encontrar lo que tanto tiempo llevábamos esperando, sólo era necesario seguir avanzando, parar, sentarse al borde de un precipicio arrojando las dudas al agua y esperar; esperar porque en el fondo sabes que llegará ese alguien con un amasijo de dudas; como tú, que se sentará a tu lado y las arrojará junto con las tuyas. Porque sabes que cuando mires hacia ese mismo sitio, algo os empujará a los dos a saltar a ese maldito vacío y arriesgaros a volver a sentir. Porque sabes que acabaréis con todas esas cosas que os jodían por dentro y de repente; sin daros cuenta... ya habréis empezado de cero juntos.

http://www.youtube.com/watch?v=Ixsrw0cx2h8

lunes, 3 de diciembre de 2012

No hay título.


Me como el tarro a falta de tu boca, me pitan los oídos y me duelen los dientes, me sangran las encías y las manos están rotas; por la impotencia.
¿Dónde nos fuimos? ¿dónde te fuiste? y... ¿dónde coño estoy yo?.
Bañera llena,  playlist de mis canciones favoritas para días tristes que hacen de "pause" para la mente y aflojan un poco el nudo que no deja pasar el aire bien.
Luces apagadas, cabeza sumergida bajo el agua. Música, el sonido del agua, mi respiración; tranquilidad. Sigo viva.
Una hora así. Llega esa canción; la que hace de clave para que salga de la bañera, encienda la luz, me vista, coja las llaves, la mochila, el mp3, 5 pavos y me vaya.
'Aquí estoy', me digo. Haciendo lo que me gusta; andar hacia ninguna parte en concreto, con los cascos, de noche aunque no lleguen a ser ni las 6 de la tarde y monedas sueltas en el bolsillo que más tarde estoy segura que me las gastaré en comprarme un trozo de pizza con una Fanta o un jodido Mcpollo del Mac.
Chica de costumbres. Mientras voy así; de aquí, allí y hacia no sé donde, pensando que tengo tanta mierda innecesaria en la cabeza y que comparados con los problemas o rayadas que verdaderamente hay por ahí a día de hoy... merecería dos hostias por quejarme o quizás por sentir que tengo días de mierda que es mejor pasarlos durmiendo y dejar que pase el tiempo.
Pero supongo que los seres humanos somos así; no solemos ver más allá de nuestro propio ombligo y nos ahogamos en un vaso de agua. Y que coño, que cada uno consideramos que nuestra mierda es la peor; aunque no sea cierto.

Al final, tras llegar ya al centro, me decidí por el trozo de pizza; está el chico de siempre. Pido lo de todas las veces y sonríe. Es otra cosa de las que me gustan; desconocidos que saben pequeñas cosas de ti que gente más cercana desconoce.
Sigo caminando, aprovechando que el bocado está recién hecho para calentarme las manos.
Son casi las 9:30; los pies ya van solos a casa. Llenándome un poco el estómago, arrinconando y olvidando al menos por un rato los tormentos de mi cabeza, tarareando y soltando frases sueltas de las canciones que van sonando y mirando a todas las personas y cosas que me pasan por al lado pero sin ver nada.
Estoy mejor, bastante mejor. Ya estoy llegando a las cuatro paredes que saben más de mí que cualquier persona y me atrevería a decir que hasta más que yo.
Beso a mamá, el 'ya he cenado, no tengo más hambre', directa a mi habitación, me cambio la sudadera que llevo por otra vieja de 2 tallas más que la mía que sabe quién cuanto cariño la tengo. Hace mucho frío y es pronto para meterse a la cama, aún así es lo que hago. Yo, mi vieja sudadera y en bragas me meto dentro con la manta y dejando que la música siga sonando hasta que me quede dormida.
Quizás me ponga a pensar de nuevo y los pasos de antes no hayan servido más que para ese rato, quizás consiga estar ahí mirando al techo y con la mente en blanco o quizás me quede dormida sin más hasta que llegue mañana y vuelva la maldita costumbre de pensarle y dejar que el 'y si..', ' porque esto y no lo otro', 'porque con ella y no conmigo' y porque ' yo conmigo y sin él' vuelvan a taladrarme la cabeza.

De una manera u otra siempre encuentro algo que me evada; por suerte. Al igual que sé que algún día toda la papilla mental que tengo ahora arderá, vendrán otras cosas que acabarán y otra persona que acabará, más tarde o más temprano de la misma manera; haciendo que me pierda por otras calles, cambie de sitio al comprar la pizza, suenen otras canciones en el mp3 ,yo esté con otras costumbres y escriba a otro corte que pasará a ser cicatriz de nuevo.