domingo, 30 de noviembre de 2014

Abriendo el cajón de mierda.

Tengo un vacío entre pecho y espalda que no lo llenan ni todas las flores muertas de aquel parque al que solías llevarme cuando me dejaba caer por Madrid.
El corazón está a cachos;  pero dice que aún aguanta.
Parece que todo lo mío sea ajeno a mí y a ratos no me importa y en otros lo echo de menos.
Ya no te espero aunque siga con la manía de estar como esperándote. Diferencias.
Sé que volveré a pasar por aquellos sitios; pero ya serán menos nuestros. Nunca serán míos.
También sé que si la vida le da por ser hija de puta, nos cruzaremos, nos miraremos, no nos veremos y las jodidas mariposas muertas del estómago terminaran de hacerse polvo.
No sé que hacer con muchas cosas, ni siquiera sé que hacer conmigo sin ti. 
El tiempo desgasta; ojalá empiece a reconstruirme pronto.
#
No me quedan primaveras, el invierno ya congela y es que el frío de aquí dentro es el que no cesa.
El irme para no volver y acabar volviendo; su boca y el veneno. El fin del fin del fin que nunca llega, me estoy matando por sus manos y él viviendo entre otras piernas. Fotos que no prenden en la hoguera, Olvido que no viene; mamá pidiéndome que olvide y abrazándome las penas. Apurando la chusta como a veces parece que me apuran los días.  Ábreme en canal... sólo saldrán polillas. Dame tregua, devuélveme mis lágrimas, llévate tu ausencia; duele tocarla. Vomito mis comidas de cabeza. 
No me aguanto pero a ti te sigo llevando encima. 
#
Me dueles aquí y allí. Nunca fuimos ni París, ni Roma... ni todas esas mierdas. Lo nuestro nació entre ruinas, siguió en ruinas y murió en ruinas. No pusiste de tu parte para empezar de cero. Lo mataste... no te dolió. Tengo tus mierdas de palabras de "despedida" clavadas en la sien. Me duele el pecho. Me dueles tú. A veces;  cuando vuelves, me metes los dedos en las heridas y te largas... me doy cuenta de que en verdad nunca nos conocimos. Ya no importa. 
Nunca ganarás ni la mitad de lo que perdiste al dejarme ir. Ninguna de esas zorras te la chupará con amor, ninguna te lo hará igual de bonito.
#
Cerré muchas puertas con candado y perdí todas las llaves. Quemé todas las fotos, congelé los recuerdos y los tiré al vacío. Me dije que no iba a quererte más. Fallé. Te lloré tanto... Y claro que tengo cicatrices con tu nombre y claro que aún quedan costras que puedes levantar para reabrir heridas. Pero ya no hay miedo, porque tampoco hay nosotros. Me he cansado de gritarte en silencio y desde dentro y que ni siquiera levantes la cabeza y me mires. Ya no me asusta. Nos cruzamos, te miro; ya no siento necesidad de pararme para verte. No tengo ganas de ti, ni de nosotros, ni de nuevas oportunidades. De tantas veces que cogimos ese tren por el "miedo a", terminó por estrellarse sin llegar a ninguna estación y nosotros con el. Sola no estoy mal.. Aunque sigo deseándome suerte cuando siento que se avecina una noche de tormentas mentales y sólo estoy yo conmigo.  Hay días en los que todavía, a ratos, tengo sensación de vértigo cuando pienso en que cabe la posibilidad de que todavía exista una mínima oportunidad en la que tú puedas volver a dejarme caer desde el borde de tus dedos y mi dudas y yo deje que lo hagas. No quiero echarte de mi vida del todo; sólo quiero no volver a ser lo que un día fuimos.
#
Darse tiempo es poner distancias o terminar con algo de una manera sutil e incluso a veces cobarde. Al menos por un tiempo. En las cosas de este tipo es el azar quien escribe los puntos y final, los aparte o las comas. 
Ahora bien... lo jodido es cuando has usado esos tres signos de puntuación en un mismo párrafo de cuatro líneas de mierda. Un caos total. Yo al menos sentí (o quizás aún siento) la sensación de estar clavada contra la pared con los clavos puestos en donde más duele... Sin embargo lloras con los dos primeros; al tercero sigue doliendo pero ya no hay lágrimas. El dolor que más jode es el interno; el que no se muestra por fuera. Y como me dueles por dentro y como me revienta tu ausencia. Qué difícil resulta que me moleste de la misma manera el no verte que el hacerlo, el no oírte y que me llames, el querer sentirte cerca y tener en la cabeza un constante "ojalá y te vayas lejos". 
A veces creo que me vengo grande a mi misma; otras tantas tú me haces sentir tan pequeña...
Siempre pensé que nunca querría tanto a alguien como quise a aquel amor de dieciséis.
Me equivoqué. Ninguna de esas tías con las que sólo compartes cama te querrá como yo. Tú también lo sabes. Suerte con que alguna te quiera más allá de entre sus piernas. Qué malo fue el miedo.
 Qué triste que no me merezcas.



Día de mierda que abre en canal. Recopilación de textos " viejos" que no publiqué a saber por qué. Pasados presentes.