miércoles, 28 de agosto de 2013

#1.

Me caen las dudas como caen las gotas por la ventana, me mojan las ausencias y me da casi el mismo miedo el volverme a cruzar contigo que la tormenta que hace. Me apetece salir a la calle sin paraguas, empaparme con la lluvia y dejar que todo duela. Me apetece sentirte lejos, coserme por dentro; sin más.

Porque llegados a este punto; no sé si eres tú el que se ha ido o fui yo que no quise volver. Por eso... hoy no tengo ganas de sutilezas, ni de cariño. Hoy tengo más ganas de follar que de hacer el amor.



miércoles, 14 de agosto de 2013

Relojes y días contados.

Podría gritarte todo lo que nos echo de menos, o todo lo que te he podido llegar a querer  -y sigo haciéndolo- con la fuerza de las ganas que tengo de no hacerlo; aunque no sirvan de nada.
Podría gritarte lo que me recuerda cada amanecer sin sentirte en mi espalda, o todo lo que te escribo en la mente porque el lápiz ya quema demasiadas hojas de papel que sólo arden mentalmente pero las cenizas siguen ahí. Y el humo no se va, ni los recuerdos; ni tú tampoco. Quisiera que me dijeras que también soy hoguera para ti y que por mucho empeño que le pongas al soplar para que me vaya, no me voy... porque en el fondo tampoco quieres. Supongo que lo que se lleva por dentro y en silencio, es lo que se vive más intensamente ¿no?.
A mí me gustaría vivirte mucho tiempo; tanto que sólo nos vayamos porque el reloj ya haya gastado todas las horas que nos tocaban. Puede sonar egoísta pero... si ambos hubiésemos querido; ojalá y haber gastado tus horas y mis horas en nosotros. Aunque esté claro que el mundo de ahí fuera siga, estemos como estemos aquí dentro.

Tengo parado el reloj en ti; hasta que decidas volver o marcharte. Hasta que venga alguien que mueva las agujas de nuevo.



Pídeme que le pida tiempo al tiempo.