domingo, 28 de octubre de 2012

Pérdidas que son ganancias.


Busco unos ojos que vuelvan a darme luz; mirando los tuyos ya no veía nada.
Promesas rotas, abrazos vacíos... nada volvió a ser lo mismo; ni siquiera yo.
Ya no quiero que vuelvas... ni tampoco quiero volver. Todo ha terminado.
Camino sola pero erguida; al menos... Dejaste de ser aire y fuiste veneno... a próposito.
Hacía tiempo que sólo pedía una cosa... perderte y por fin ocurrió; te seguía queriendo pero no me convenías.
Con tanta lluvia, con tanta tormenta... ya tenía calada hasta el alma y tú ya no me abrigabas del frío.
'Cambiaría tus labios por un poco de paz'; te decía... pero como siempre nunca me tomabas en serio.
Mírate hoy... ¿Quién de los dos ha salido perdiendo?.





"El tiempo termina dando a cada uno lo que se merece." 

viernes, 26 de octubre de 2012

Entérate.


Me cansé de contar lunas, soy más de contar tus lunares, chico.
Echo de menos perderme en el cielo de tus ojos. Soy lunática de ti.
Podrías dejar de esconderte y mecerme a tu antojo. Quédate entre las sábanas aunque el sol llame por las rayas de la persiana; que no quema y yo no muerdo; si tú no quieres...
Nos sobra la ropa y el tiempo ¿no lo ves? Me quedaría a quemarme con tu frío, pero sin hacernos daño.
Que yo te canto al oído lo que quieras; sólo te pido que no me quieras a medias.
Aprovechemos el momento, que no tengo ganas de nada; excepto de nosotros, cielo.

Que te has ido ya lo sé. Que no vas a volver no lo tendría yo tan claro. No por mí, no creo tanta adicción, sino por tu necesidad de jugar a hacernos daño.
Y me fumo la distancia cuando apenas estás a un palmo de mi cuerpo, ya lo sabes. Pero no me vengas con viejos cuentos chinos diciendo que no deberías estar aquí, en mi cama, no hagas eso porque ya no entiendo nada que no sean tus labios recorriendo mis constelaciones, no atiendo a nada que no seáis tú y tus juegos.
Me sobra la ropa y el tiempo, y te lo grito, y no te enteras. O no quieres enterarte. Y cuando vienes me lo robas todo y me dejas desnuda de ideas, me vacías.
Así que vuelve, que no soporto un segundo más la idea de tener que ir a buscarte de nuevo. Vuelve porque considero que ya he sido lo suficientemente rastrera. Vuelve, que te necesito.
Y volverás, porque tú también lo sabes. Porque tú también lo notas.



Primer texto pero no último( o eso espero) con Irene, también conocida en Twitter como @maibaik y en blogger como http://doloresdecabezaycorazon.blogspot.com.es/ 




sábado, 13 de octubre de 2012

Me falta la llave.


¿Dónde vas con esa cara? me decían y es que no puedo poner otra. Sin saber de lo que hablaba entre mis líneas, sin saber interpretar mis ojos, ni siquiera él escuchaba ya a mis ojeras.
No todo son palabras. Después de su silencio ya no hubo nada. Ni siquiera me molestaba el ruido del tic-tac del reloj, las horas pasaban muertas. La Luna salía avisándome de que ya había pasado un día más y seguía ahí tirada con la mirada perdida, la voz muda y la mente en blanco fundida con el gotelé del techo; inerte.
Me comía los recuerdos, amargos, duros; de los que arañan la garganta y agrietan el pecho.
Quiero sacar otra vez  de la caja unas cuantas sonrisas, pero... te quedaste con la llave, hijo de puta.

viernes, 5 de octubre de 2012

-


Recordando la sensación de vértigo en unos labios por los que desfilaron la lengua mil putas. Dame el último tiro del cigarro y deja de apuntarme acusándome de devorarte el corazón.
Que bonito es todo mientras duermes y que puta la realidad; déjame unos minutos que me centre antes de despertar.
No me sirvas más mentiras en platos calientes, que cuando te exploten en la cara te vas a quemar.
Calla un rato, que me cansas; que me cansa tu maldita manera de jugármela.
Días raros, noches largas, lunas llenas y ojos cansados. Manos ciegas, labios rotos, pulmones negros, sabores amargos.
Insegura de hacía donde voy; no necesito manos para contar a los que me respaldan. Mamá nunca me falló, abuela nunca me dejó caer, dos amigos como hermanos; suficiente.
El tiempo pasa y se van más de los que se quedan, llegaré a vieja con más libretas que cuenten mi vida, que con personas que salen en ellas.
Sigo aguantándome, hace mucho que dejé de verlo como una condena.