sábado, 28 de julio de 2018

Géminis.


Triste es saber lo que pudimos ser y no fuimos.
Nuestro comienzo con final en el principio.
Te sigo buscando aunque sepa que ya no estás. Ni estuviste. Ni querrás estar.
Huí; porque sentí que una retirada a tiempo era una victoria. No quería perderme.
Por la paz que me merezco y tú no me diste.
Me quería ir mucho antes pero no me dejaste... Ni comes ni dejas comer, ni lejos ni cerca..
Y el todo a la vez en esto no sirve; estabas haciendo un cóctel molotov que iba a acabar en guerra.
Te tengo clavado en la retina y aunque dueles ya no lloro. Inmune a tu pasotismo con el paso del tiempo...Espero.
Quién más perdió de los dos fuiste tú.
Sé feliz por todo lo que no nos dejaste ser.

Triste es saber la definición de amor y, aún así, renegar.
Atisbar lo imposible. Felicidad escondida entre llantos, deidad de esparto; sumiso ser destartalado.
Roto placebo. Mancha de juego inefable. Por qué quisiste sin mí. Siendo verso, artífice, arlequín. Por qué mentir, entre cientos. Por qué dormir. Letargo de largos versos. De lejanía. De seguir huellas, por ti.
Te sigo buscando además. A parte de haberte encontrado. Siempre fuiste necesidad, hoy eres lo contrario. Esperamos ver aquello que nos hizo empujar. Baldíos sueños entumecidos que ríos lloran. Desesperados. Varias muescas comparten la sal. Verdugos del mar. Al son de la deidad. Somos quien somos, no más. El resto, impar.
Huí porque, sinceramente, no nos merecíamos. Aunque yo habría quebrado mis venas por ti. Aunque tú eras sequía y yo llovizna. Aunque decías haber deshecho tus labios por mí. No distinguimos nunca el océano. Largos meridianos sublevados al hogar. Tiempo longevo, ancha confusión. Permítenos, luna, volar, oscuro pacto real.
Por la paz predestinados a la más pura indecisión. Burdos versos de Alejandría. Llorábamos cuencas. Susurrábamos lugares. Dos callejones, un destino, una sombra. Y el resto, altares; quién lo diría.
Me quería ir mucho antes que tú; pero no pude. Miré los posos de tu taza y ni me atreví. Y mejor así. Mis palmas nunca fueron tus lunares; en cambio, fueron vientos de cambio y tesón.
Y el todo, a la vez, en la retina. Y mis dedos rozaban tu silueta. Dijimos de vernos, ¿recuerdas? Dijimos eternos, ¿recuerdas? Logramos sentarnos juntos e imaginar, pero me perdí en tus piernas.  Logramos maremotos; roto ultramar. Definidos sollozos, loco dormitar onírico. Desmenuzamos sentir por probar, y; sí, de verdad, terminamos solos.
Inmune al final; despertamos. Larga pretensión, niños en tránsito: ¿qué es el amor, hermano? Dejarlo todo. Emendar eclipses. Olor a luna. Aullar. Lejos de querer, odiar. Llenos de rabia, uno más. Seremos. Estaremos de más. Vivimos, sí. Pero, solo unos pocos, aprendimos a amar.



El segundo texto es de http://likeawolfhowling.blogspot.com/
que escribe maravillas.
Tenía muchas ganas de hacer algo así de nuevo y nos salió esto. 

miércoles, 18 de julio de 2018

El día que dejé de verte y me perdí.


El día que dejé de verte y me perdí; siquiera lo recuerdo. Sé que seguía agarrada de tu mano pero me sentía colgando de un hilo.
Tenía vértigo y supe que estábamos desapareciendo.
Estábamos andando entre cristales que reflejaban lo que fuimos y ya no.
Ya no estábamos. Ya no éramos.
Estábamos reconstruyendonos pero ya no en el mismo sitio. Ya no juntos.
Me sentí gris y a años luz de la vida.
A años luz de ti y a años luz de mí.
Me había perdido y no te encontraba. Pasé miedo.
Y ahora, que sigo sin saber dónde estás; estoy en el mismo puto sitio donde te sentí por última vez por si la vida nos devuelve el amor que nos robó.
Quiero inmolarme con este dolor y volver a rehacerme sin los rotos que se clavan sin remedio y no me dejan respirar.
Sigo aquí, inerte...Desde el día que dejé de verte y me perdí.


Desde el día que nos perdimos y no nos esforzamos en evitarlo.



https://youtu.be/2n90rpcYAts

domingo, 15 de julio de 2018

Primavera en invierno.

Ayúdame a librarme de los tormentos y a ir vaciándome las penas; a sonreír sin tristeza.
Quédate a mirarme mientras me rehago...
Enséñame cosas que no sepa. Deja que te vea por dentro.
Asómate a mis entrañas y alumbra mi oscuridad.
Me estoy construyendo un muro interno contigo dentro...Sé que sabes donde te construí la ventana para que puedas salir, pero quédate... Por favor.
Entre tanto ruido ensordecedor traes la calma con tu risa, con el sonido de tus pasos, con todo lo que dices sin hablar. Calmas a mis bestias.
A ratos me recuerdas quién soy de verdad; aunque vuelva a olvidarme.

Y aquí, que siempre es invierno trajiste con tu abrazo la primavera.


Dime que todo irá bien.


viernes, 13 de julio de 2018

Con quién.

Si me miro hacia dentro se que guardo los peores monstruos y lo peor es que los sigo alimentando a sabiendas de ello.
Soy quién tiene la peor versión de mí y aún así soy con quién más a gusto me siento.
Siento miedo de no saber cómo darme la luz que me dicen que supuestamente merezco.
¿Cuánto mal hace lo malo? ¿ El bien es bien para todos?
Las peores palabras hacia mí siempre me las he dicho yo y soy a quién menos quiero.
Y aún así soy con quién más a gusto estoy.
Soy quién menos se comprende y con quien menos lo intento; soy quien más me duelo y más daño me hago.
Y aún así soy con quién más a gusto estoy.
La vida me viene grande y yo me siento muy  pequeña.
Ironía es que cuando peor estoy, más fuerte abrazo a mis monstruos y más a salvo me siento.
Al fin y al cabo... mi peor enemigo soy yo.


Y aún así con quién más a gusto estoy soy yo.