El vicio que se fue tras el último portazo.

Me he recorrido el camino de tu amargura de principio a fin, parando a fumarme uno de esos cigarrillos tuyos que me solías liar, mientras recordaba tiempos mejores. Dos caladas tú, un beso y una calada yo.Así éramos, siempre entre vicios y con pocas virtudes.
Lo de discutir de vez en cuando estaba bien, ya se sabe...por las "reconciliaciones" de después. Aunque a la larga, ya no bastaban esos gemidos a cambio de todos los gritos y palabras mal sonantes anteriores a éstos. Yo me cansé, a ti te daba igual; había veces que pensaba que hasta lo hacías adrede. Llegó un punto en que lo de "hacer el amor", paso a ser "echar un polvo". Empecé a echarnos de menos.Yo me cansaba; estaba cansada, tú no eras un polvo más y tampoco quería "estar bien" sólo en esos momentos. Esa pasó a ser  nuestra rutina; dudaba de si me querías, dudaba de si te quería, todo ardía y mi cabeza echaba humo.
Se empezaba a ver el final de todo, yo al menos lo veía. Malas costumbres, no había nada serio.Dejamos de ser nosotros, pasando a ser 'tú, yo y la cama'. Pasaba de eso. Discusión, portazo y fuera. De esta manera acabo todo, llego el día en que todos esos meses se fueron tras un portazo. Sigo con mis vicios, unos son los mismos de cuando estaba contigo, otros son de los que me he ido encontrando junto con alguna que otra virtud, cuando salía de tu camino. Todo está bien en cierta cantidad y en ciertos momentos. Ya se sabe...lo mucho cansa.
Los vicios se pueden dejar, si no...míranos, ya ni siquiera nos llamamos. Ahora yo me lío los cigarros; la boquilla de los tuyos ya me quemaba demasiado en los labios, amor.