sábado, 18 de agosto de 2018

Levedad.

Nunca me he conocido tan triste.
La mayoría de veces he sido sin saber ser.
Podría vomitar este vacío que es lo único que llevo en mi ser.
Todas mis mariposas muertas te pertenecen.
No entiendo nada y te necesito para entender, aunque sea unos minutos; si no quieres quedarte...
Tengo el pecho lleno de preguntas que duelen y nadie va a venir a salvarme de toda esta mierda.
No tengo fuerzas. Te echo de menos.
Vendería mi alma al diablo si con eso todo acabase.
Un día creí merecer algo que en realidad creo que nunca tuve.
Eras todo lo que siempre quise; sin saber en qué momento quisiste dejar de serlo.
Llegados a este punto no sé si te estoy esperando o me estoy esperando...
Por si un día quiero volver a reconciliarme conmigo.

La levedad con la que pasamos a ser uno siendo dos y la dificultad de volver a sentirse completo cuando la unión se rompe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario