jueves, 22 de agosto de 2019

Te jodes.


Podría intentar explicarte el porqué de que me niegue a escuchar, de nuevo, tus falsas disculpas. Pero seguirías sin querer entender y mintiéndonos a los dos, diciendo que cambiarás.
Ya no tengo tiempo para ti, ni ganas de intentarlo, pero sobretodo no tengo fuerzas.
Estuve para ti, con mis tormentas mentales pausadas para que pudieses llegar y quedarte. Y yo contigo. Pero nada más que trajiste huracanes y la puerta que te abrí, pronto se transformó en una ventana que también te encargaste de cerrar.
¿Y sabes? Fuiste tan ingenuo que pensaste que la habías cerrado contigo dentro, pero en realidad estabas en el lado de fuera. No lo viste venir, pero yo sí.
Cada vez vas desapareciendo más y yo, en ti, sigo tan intermitente como siempre.
Te jodes.

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