miércoles, 10 de septiembre de 2014

Anonibus.

Y, llegados a este punto, ¿Dónde estamos? La nitidez brilla por su ausencia. No deja de rebotar el eco en la caverna. Atrapado en ese pelo enmarañado que me asfixia y escuchando un corazón condenado a desgastarse de tanto latir y no rozarse con tu espalda. Quedan posos de tu ausencia en el café de mis noches en vela; ya no me serena ni la calma que sucede a la tormenta. Conectamos hasta fundirnos los plomos el uno al otro y, aun así, conectados hasta fundirnos en uno solo, aunque en duela en el fondo. Insensatos. O cuerdos si hablamos de locos. Perdimos los besos de antaño de camino al todo. Por eso hoy nada. Por eso, hoy, solo. Hay días que me miro al espejo y no me reconozco. A veces me destrozo por dentro; colocado, por tu olor y esos ojitos de cordero degollado. Concédeme un ultimo baile por el Tártaro fabricando sueños mientras nos miramos. Acuérdate acogerme entre tus brazos y de ser mi bálsamo en esas noches en las que me siento un bicho raro. Que el amor lo cura todo. Todo lo que el mismo no ha provocado. Después, volveré a trazar la línea que separe al odio. Y, que se enteren todos, no hay mayor ciego en este mundo que el que no ve el dolor como algo hermoso.



De ti, me quedan un montón de deshechos con los que no sé muy bien que hacer. Destrozaste todo sin previo aviso y te fuiste. Quiero que me pierdas. Quiero que te pierdas. Quiero olvido, pausas...sin prisas. Quiero mirarte, verte y no sentir así. No quiero fumarme más el de después contigo. No quiero que me líes y follemos;  al fin y al cabo, en realidad, nunca hicimos el amor. No nos quisimos igual. Decidiste irte, pero sigues en la puerta con la llave maestra que me abre por muchos intentos que haya hecho de cambiar la cerradura. Sé lo que hay, sé lo que hubo y sé lo que habrá. No me mereces, pero.
Hay lecciones de vida en las que te pasas en un Septiembre constante.  Sigo suspendiéndome, sigo sobreviviéndote; sigo sobreviviéndonos. A veces pienso que tendrán razón en aquello de que valgo más sin ti, que contigo... y a los dos minutos siempre termino dudándolo.
Voy a tener que seguir viéndote, aunque sé que llegará un día que dejaré de mirar.




El primer texto es de un "ánonimo"  superhipermegametaultra guay que os cágais. El segundo; ya se sabe. No tienen nada que ver uno con otro, pero... es mi blog y me lo follo cómo y cuando quiero; como se suele decir.

1 comentario:

  1. Y nosotros felices de que te lo folles de esta manera jajaja.

    Nos estás haciendo sentir voyeurs...ya te vale.

    Besoss

    ResponderEliminar