sábado, 18 de octubre de 2014

Ojalá y.

Tengo tantas ganas de ti, como tantas veces nos fallaste. No querías que me fuese; sin embargo no me diste razones para quedarme.  Me cansa lo de comerme la cabeza pensando con cuantas habrás usado las mismas palabras que conmigo y en cuantas bocas habrás dado los besos que no me dabas... Tenías el tiempo, la lengua y las ganas debajo de otras faldas. Querías estar conmigo... pero sin mí. Parece que cada vez que intento revivir, sea para dejar que tú me vuelvas a matar. No me quedan huecos sin herida; estoy hecha de sentimientos rotos. Acabó todo sin que me dieses una sola jodida razón creíble que no sonara a una excusa de mierda. Hasta para doler me pareces infinito. 
Ojalá te hagas humo fuera de mis pulmones, ojalá te mire y no te vea. Ojalá me eches de menos y yo esté lista para no volver.

Recuerda lo que no seremos; recuerda lo que no dejaste que fuese.


1 comentario:

  1. Alguien dijo una vez "las declaraciones de odio siempre llevan implícito un mensaje: si te vas, por favor, que nos sea muy lejos..."

    Al menos conmigo hasta la fecha eso se cumple a rajatabla, supongo que si no ni siquiera gastaríamos tiempo en escribir.

    Abrazos.

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