domingo, 16 de diciembre de 2018

Sobrevivirte.

Me duele la primavera en septiembre que nunca volverá.
Estoy llena de flores secas y mariposas muertas.
No me encuentro y tengo sensación de seguir pero sin avanzar.
No es lo mismo ser sin ti.
Todos los días  te echo de menos, parece que toda la ciudad esté de tu parte y se empeñe en que no sea capaz de estar bien si no la recorro contigo.
Sigo con tus palabras clavadas en el pecho por miedo al dolor de sacarlas de ahí; por miedo al dolor de revivirte más.
Se que merecemos una segunda parte de esto, pero no se si la quiero.

Ojalá no tuviese que haberte sobrevivido nunca.

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