lunes, 4 de junio de 2018

Yo, que nunca supe hacia donde iba y que un día olvidé de donde venía.
Yo, que siempre me perdía entre mil dudas y daba vueltas buscando la forma de hacer bien las preguntas para acercarme a las respuestas.
Yo, que nunca confíe en ningunas manos para agarrarme fuerte y no caer... Incapaz de evitar saltar al vacío en cada precipicio que se me ponía por delante.
Yo, que no me atrevía a mirar a los ojos a nadie por miedo a que pudiesen saber más de lo que yo quería que supiesen.
Y entonces llegaste y me enseñaste un camino sin rumbo fijo pero si con un destino y me regalaste un punto de partida nuevo; un comienzo.
Tú, supiste responderme sin tener ni siquiera las preguntas y no solo me diste unas manos a las que agarrarme... me diste un refugio y un hogar donde perder el miedo, lejos del precipicio.
Sin que me diese cuenta, te asomaste a mirar donde nadie se atrevió y te quedaste... Dando luz y enseñándome cosas de mí que ni yo conocía...
Y te llevaste mis miedos.
Y te quedaste conmigo.
Y me enseñaste a querer quedarme aquí.

2 comentarios:

  1. Menuda maravilla, Belén. Me encanta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Menos mal que aunque haya estado subido como la mierderola lo has entendido... jajajaj Gracias por leerme, Bubu♥.

      Eliminar