La mayoría del tiempo estoy intentando abandonar la mente y entrar en la conciencia. Ser libre. Aprender, vivirme desde dentro, encontrar mi centro, mi sitio, mi yo. Ser. La mayoría del tiempo me pregunto quién soy y no sé responderme.
Y de repente llega él y me enseña que es la vida; sin palabras. Me sonríe y todo gira de nuevo y yo con ello. Me abraza y lo malo es menos malo y cuando me besa, calla los dolores.
Me da paz entre tanta guerra y me hace recordar lo que me hace ser.
Me hace sentir.
Teniéndole cerca, tengo el cielo a los pies y la vida agarrada de la mano.
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