martes, 11 de junio de 2013

La puerta abierta y tú sin pasar.

Te estaba esperando, con los brazos abiertos igual que con las piernas también... para que mentir. Y el corazón; el corazón lo tenía abierto en canal sin ninguna clase de escudo para ti, esperando a que lo follarás tan fuerte, que sintiera que se iba a salir del pecho. Pero no llegaste. La puerta siguió cerrada, nadie subió por el balcón y tocó en el cristal para que abriera. Nadie me quito la ropa, ni la soledad, ni aquel silencio que en ese momento y que por muy raro que parezca me molestaba. La liga siguió en mi muslo, el carmín rojo intacto, el pelo bien peinado, las sábanas bien puestas y mis ganas tristes.
Lo único que fuiste capaz de abrir fue alguna que otra herida (más). Rompí la ventana y dejé la puerta entreabierta por si algún día decides pasarte... Yo ya estoy vestida, con mi llave bien guardada entre las costillas y hablándote aunque no me escuches.
Llevo tantas veces escrito tu nombre en la piel, que es la única historia que puedes palpar en ella.

La habitación huele a pena y a esperanza de que vuelvas a volver, hijo de puta.

1 comentario:

  1. Te lo puedes creer o no, pero justo anoche me dormí pensando que hacía demasiado que no te leía.. y aquí estás. :)

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