sábado, 11 de agosto de 2012

Todos dolemos a veces.


Tiene gracia cuando piensas y te dices "No tengo que hacer esto" y acabas haciéndolo aún siendo consciente de que te hará mal tarde o temprano; incluso notando que ya te duele.
Sin embargo sigues a ello, porque te hace sentir vivo entre tanta mierda.
Irónico, ¿verdad? tener que sentir dolor a veces para sentir que estás vivo.
Cuando te hacen el primer corte, piensas que no va a cicatrizar, siquiera que va a cerrarse; lo coses según pasa el tiempo, se hace costra y a veces te la arrancas por miedo a olvidar o por negarte a hacerlo, simplemente y de repente llega el día en el que dejas de hacerlo y cicatriza. El tiempo sigue pasando, días, meses, años y ya sólo recuerdas el porque de esa cicatriz, aunque escuezan algunas de sus razones aún.
Más tarde llega ese alguien que hace de tirita y pensamos que será eso para siempre; pero a la larga vuelve a ser otro corte, otro cosido y otra cicatriz con razones que seguirán escociendo; aunque no más que la primera herida.
A todos nos hacen cortes y todos cortamos.
Supongo que la felicidad es eso que viene a quedarse dos días de cada diez y que hay que morder bien fuerte.
 ¿ Quién no ha sentido dolor y quién no ha dolido?.

1 comentario:

  1. Me encantas, suelo decírtelo, pero al leer esto aún más.
    El dolor es necesario, pero creo que la proporción de dos días con respecto a diez está mal hecha. No valores los días en conjunto, sino los momentos, a mi me ayuda.

    Y claro, muérdele fuerte a la vida, eso siempre. :*

    ResponderEliminar