domingo, 5 de noviembre de 2023

Carta a nosotras.

 ¿Cuántas vidas caben dentro de uno mismo? ¿Cuántas versiones somos capaces de soportar?.

Tengo la sensación de estar viviendo mil vidas en mil mundos y me siento muy pequeña para poder guardar tantas emociones y no caer en una locura desganada. Es como si me muriese de frío y la vida fuesen sorbos de un café solo y con hielo. 

Somos yo y mi niña interior agarrándome la mano las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Me encuentro siendo madre e hija y no sé cómo ser lo primero y no sé como curar las heridas de la pequeña.

Hay días que estamos las dos sentadas en el suelo, llorando, en silencio, sin saber que hacer, qué decir, inmóviles y cansadas; pero sin soltarnos la mano. Es agotador, porque a ella no le dejaron ser ella y ahora no sabe cómo hacer para que yo, pueda empezar a ser yo sin esa mochila de mierda que le pusieron sin darle opción. 

Le miro con todo el amor y la amabilidad que tengo y ella me abraza,  me agradece y entiende que hago lo que puedo con lo que soy capaz de ir teniendo.

Me siento tan perdida que espero que ella esté empezando a sentir que brilla y que es. Que simplemente es y que es ella y que es suficiente y valiosa.

Supongo que cuando esa niña, sea justo eso; una niña pequeñita pero comprendida... me enseñará y me acompañará en mi nueva vida; propia, personal, individual y segura. Y las dos viviremos en calma y las dos saldremos en la foto sonriendo, mirándonos  con amor y juntas. Seremos todo eso que no nos dejaron ser.

No se lo digo mucho, pero pienso mucho en ella y en todo lo que no pudo y en todo lo que quiero que pueda. Está siendo una puta mierda de camino; no sé ni quién soy después de tantas versiones y coraza. 

Quiero dejar de sobrevivir; no solo por mí, sino también por ella.

Aprendimos muchas cosas tarde, mal y solas, pero nos hemos encontrado y ahora somos. En plural. 

Y te quiero como nadie nos quiso nunca y creo en ti como nadie creyó jamás.


jueves, 24 de agosto de 2023

Intermitencia.

 Tú, que sabes que siempre estoy cerca por si vuelven tus demonios… aunque nos pasemos mucho sin hablar.

Yo, que sé que aunque te vea y te toque nunca estás aunque mis demonios no paren de hablarme.

Nosotros que sabemos que no llegaremos a nada; porque somos dos y no uno.

Y el tiempo y las esperas no sirven de nada más que para hacer un camino que no lleva a ninguna parte.

Mi tiempo y mis ganas no son las tuyas.

Me dueles y te quiero a la vez y eso no es amor, porque éste no duele. 

Apareces y desapareces como una luz intermitente que señala un vacío que después de años no he sido capaz de llenar.

Siento que ando en círculos con un reloj que está parado y aun así sigo dándote lo mejor de mí cuando llamas a mi puerta y sigo cantándote cómo te gusta y sigo siendo casa (como tú dices) pero no hogar. Diferencias.

Te dí y te doy tanto… Te podría dar tanto más…

¿Cuántas veces me fui? ¿Cuántas hemos vuelto? ¿Qué somos? 

No sé si debo de irme del todo ahora o si es momento de esperar un poco más.

Dices que estás ordenando(te), pero incluso cuando yo tenía todo en ruinas siempre hubo un lugar en el que te mantenía a salvo.

Ojalá curarnos las heridas juntos, pero a veces siento que eres uno de mis demonios, que me hablas sin dejarme dormir por las noches, que no te quieres quedar pero tampoco quieres que me vaya.


Te quiero cerca, pero no nos queremos igual.

lunes, 17 de julio de 2023

¿ Y si sí?

 Correr y andar y andar y correr en todas direcciones.

Me vuelvo a parar.

No sé dónde estoy, solo sé que no quiero volver atrás.

Si nos volvemos a encontrar, que sea en un camino diferente habiendo cambiado tanto que sintamos que quizás nos estemos conociendo de nuevo.

Hemos seguido hablando sin hablarnos y te he seguido sintiendo sin tenerte cerca y he echado de menos la versión que había creado de ti; no a ti… Por recordármelo, a veces se me sigue olvidando.

Suenan nuestros grupos y nuestras canciones. Paso por sitios que me enseñaste y te enseñé y pasaron a ser de los dos y ahora son solo una especie de cortos mentales con su banda sonora y todo. Unas veces hacen que sonría y otras me dejan una sensación un poco de mierda ¿te pasa lo mismo?.



¿Y si el tiempo es un sí?

 Espero verte antes de mudarme de ciudad.

Quiero conocerte otra vez.




"Que si me extrañas, recuerdes que siempre puedes contar conmigo aunque ahora seamos dos extraños."

lunes, 28 de junio de 2021

Algunas de las cosas que por suerte ya te dije.

 He empezado muchas cosas buenas sin ti, aunque sé que me estarás viendo desde el otro lado y me estarás cuidando y guiando haciéndome sentir valiente aún cuando sea un amasijo de miedos; lo de ser guerrera me lo enseñaste tú. Sigo escuchando tu risa, sintiendo tus abrazos y la sensación de complicidad cuando ambas sentiamos lo mismo. Sigo viendo cosas con las que me paro y digo "esto te encantaría".

Sigo caminando de tu mano aunque sea de forma diferente... Te espero aquí abajo, pero sé que tú me esperas al otro lado con tantísimo amor cómo lo hacías siempre y también sé que al igual que hago y haré yo, tú les estarás contando nuestras historias y momentos a todas las personas con las que te has reencontrado de nuevo y lo harás tan contenta y de esa forma tan tuya que cuando me las contabas a mí. Estoy orgullosa de haber tenido y de tener una abuela, una amiga y una mitad como tú. Fuiste, eres y serás siempre la mayor suerte de mi vida.

Gracias por ser refugio cuando no soportaba nada del mundo que me rodeaba.
 Gracias por enseñarme tantas cosas, por estar ahí siempre, por aprender juntas, por apoyarme en las cosas que me hacían feliz aunque a ti no te gustasen.
Por guardarme los secretos, por protegerme (a veces incluso de mi misma) y por creer en mí. 

Te echo mucho de menos y echo de menos esos abrazos y esos besos de tornillo tan tuyos que me curaban cualquier cosa.

Te quiero siempre, abuela.

lunes, 25 de enero de 2021

Igual y diferente.

No existe nada que pueda ser antídoto y ruina a la vez.
No siempre es cierto que siempre que algo duele es porque está curando, te acostumbras pero eso no significa que deje de hacerte daño.
La teoría me la sé; lo que no me sale muy bien es la práctica.
Siempre he superado mis miedos afrontándolos sola.
Tenía mucho miedo a conducir y sin pensármelo mucho cogí el coche sin nadie de copiloto, tenía miedo al mar y no sé nadar muy bien... así que me metí una noche de verano a bañarme en la playa.
Me caí con la moto y cogí algo de miedo... hasta que me volví a subir de ella y no me bajé en dos horas.
Cada vez que veo una película de miedo y la veo a mitad porque no soy capaz de quitarme las manos de los ojos, a los pocos días me la vuelvo a poner cuando no hay nadie y lucho contra los falsos miedos de mi cabeza.
Pero hay cosas contra las que la terapia de choque no funciona. 
Contigo.
Y te prometo que lo he intentado y me prometo seguir intentándolo pero no puedo. Sé dónde encontrarte, pero la simple idea de hacerlo me acojona. 
Me acojona porque por mucho que a veces sienta que ya quedó todo en el pasado y que ya no duele... Sigo sin saber que pasaría en realidad si un día nos tenemos delante. Y la incertidumbre mata.
Creo que por dentro estaría quedándome afónica de tanto gritar todo lo que no me dejaste decirte y estaría quizás, ahogándome por no dejar de llorar aunque no lo vieses, mientras lo único que estarías viendo sería como hablo tartamudeando de los nervios y como no sería ni siquiera capaz de mirarte a la cara por temor a mostrar algo que no estoy segura de si no está o de si está tan escondido que si algo no lo activa de nuevo no es visible. 
Sé que recuerdas lo mal que se me daba disimular cualquier cosa.
Hay días que pienso que necesito tenerte enfrente y escucharte y no leerte decirme todo aquello y hay otros días en los que creo que me abrirías en canal y ya no sabría como coserme de nuevo.

Te veo tan igual y a mi tan diferente... Pero el daño nunca cambia por mucho que se intente entender.

Nos debemos un momento aunque a lo mejor jamás nos llegue.

domingo, 24 de enero de 2021

Sálvanos.

 Tengo los cristales rotos entre las manos y todas las heridas hechas cicatrices. Quizás sigan llevando tu nombre. 

Todavía y aun sin querer; casi sin darme cuenta hay veces en las que te pienso de nuevo.

Te desconozco mientras miro las fotos.

Ya no puedo escucharte, ni quiero.

Tenemos un café pendiente en cualquier parte, pero no sabría muy bien de qué hablar... ni estoy segura de querer o poder escucharte.

Tengo miedo de volver a apretar las manos sujetando todos esos cristales, reabrir heridas y tener que hacer de ellas nuevas cicatrices.

No creo que merezcas más espacio en mí. 

No he vuelto a ser con nadie. 

No quiero volver a desconocerme contigo.

¿Quién correría más peligro de los dos?

Siento que piensas más de la cuenta y dudas... Ahora eres tú quién echa de menos.

Sálvanos de esto y no vuelvas.

martes, 15 de diciembre de 2020

Pero hoy me da igual.

 He perdido la cuenta de las veces que batallé. Ansío la paz aquí dentro.

Todas las guerras son derrota aunque gane, no me siento bien...

Monólogos conmigo misma; ya no hay demonio, ni ángel. Ya no hay consciencia solo inercia.

Las fuerzas fallan.

Ayer, hoy, mañana... el mismo bucle; el mismo vacío.

Tengo miedo de que alguien se asome al abismo y tengo miedo de que nadie quiera hacerlo. 

Si me miras a los ojos ya no te dirán nada aunque por dentro esté gritando. 

Silencio.

Sé quién soy, pero no me reconozco.

Puedo, siempre puedo...


Pero hoy me da igual.