A veces creo que todo lo
que me rodea no es de verdad.
A veces creo que la
mayoría de cosas que tengo en realidad no las necesito. Muchas veces
soy inerte.
A veces siento ganas de
saltar por la ventana con la sensación de que podría alzar el vuelo
a mitad de la caída y otras sin embargo creo que explotaría antes
de llegar al suelo.
A veces creo estar cayendo
hacia arriba y otras que cuanto más arriba estoy más bajo caeré.
A veces tengo tantos a
veces en la cabeza que entro en un bucle lleno de vómito de lo que
nunca dije, de lo que nunca diré, de por que esto y no lo otro, de
por que aquí y no allí, de porqués en cuanto a tantas cosas que al
final; sin darme cuenta, cambia de sentido el giro de ese bucle de
mierda y me vuelvo a tragar todo. Y es tan asqueroso como suena.
No todo lo que sabe mal
tiene sabor, ni todo lo que duele es porque haya tenido contacto físico con nosotros.
Tengo el alma ardiendo y
el corazón en cenizas.
Pero... ¿sabéis que? muchas veces también me
siento fénix.